LA HOJARASCA
Gabriel García Márquez
La hojarasca es una
pequeña obra maestra del colombiano Gabriel García Márquez (1928),
que muestra la maldad, la frustración y el alma corrompida de los
maconditos. El pueblo de Macondo es una invención creativa que
muestra la realidad concreta de Colombia a principios de este siglo:
pobre, que sufre un calor insoportable, poblado de seres divididos
por el odio político y las luchas civiles.
La hojarasca (1995)
cuenta la historia del entierro de un hombre, un médico misterioso y
odiado, al que sus vecinos quieren dejar insepulto. Al mismo tiempo
es la historia del odio acumulado durante veinticinco años en
Macondo.
En la obra aparecen
rasgos típicos de la inspiración de García Márquez, como los
personajes estrafalarios, locos y raros, lo insólito, los elementos
mágicos y sobre todo el análisis psicológico de extraños
individuos.
Sin duda la
imaginación ilimitada y el exuberante estilo de García Márquez le
permitieron mostrar la realidad latinoamericana, respetando su
historia, sus mitos y sus códigos con una lógica particular,
brindando al lector relatos atrapantes de sucesos inverosímiles.
Ésta es la clave de la poética del Realismo Mágico.
Nota:
Elegí
el texto “La hojarasca” de Gabriel García Márquez, para
trabajar en 5° año de la Escuela Secundaria Superior.
La elección ha
sido de acuerdo a los DC del ciclo superior de 5° año, que
presenta distintos contenidos que abordan al movimiento del Realismo
Mágico, con el fin de caracterizar a las obras, identificar
elementos mágicos o extraños, percibidos por los personajes y el
narrador como parte de la realidad, el tiempo concebido como cíclico,
el boom como fenómeno Latinoamericano.
Teniendo en cuenta
estas orientaciones opté por la obra “La hojarasca”, dado que
ilustra fehacientemente las características del Realismo Mágico.
Los alumnos al contactarse con dicha obra podrán ampliar su visión
del mundo, vinculando la experiencia personal con otras culturas,
para comprender ciertos contextos sociales e históricos y
relacionarlos con el de nuestro país.
Ana Mª Perrotta
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