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miércoles, 20 de febrero de 2013



 
El vuelo del tigre
 

Moyano, Daniel

Buenos Aires, Legasa, 1981.

 



Daniel Moyano nació en Buenos Aires pero escribió gran parte de su obra desde el interior, tal como otros autores (Antonio Di Benedetto, Juan José Hernández y Héctor Tizón) que han escrito fuera del circuito comercial de Buenos Aires. La escritura en la zona genera en su caso una obra crítica de la realidad social y a su vez rica en términos literarios, si bien sus obras siguen sin tener la difusión que merecerían.

El vuelo del tigre es una novela escrita en 1975, en una época convulsa de la historia nacional. Al exiliarse en España, el autor entierra la novela en el patio trasero de su casa y algunos años después, en 1981, la reescribe desde el exilio.

La historia se sitúa en Hualacato, pueblo que se ve un día invadido por los “percusionistas”. Uno de ellos, Nabu o simplemente “el Percusionista” ocupa la casa de los Aballay y propone el juego del miedo y el silencio. La familia enmudece y pierde la libertad, debe acomodar y amoldar sus costumbres a la nueva vida. “Aparte del permiso para ir al baño, no existe nada que se le pueda pedir a él. Para empezar, habría que pedirle que se vaya. Él solamente existe porque ha venido. ¿Cómo pedirle que se vaya? (…) Ahora estamos hablando porque él nos ha dado permiso. También nos ha quitado las palabras.” Sin embargo existe el resquicio que les permite crear un lenguaje nuevo y una forma de resistencia hasta que la lluvia vuelva a Hualacato y con ella el retorno de la vida.

Podría introducirse en el aula de Literatura para Secundaria Superior, se trata de una novela escrita en clave alegórica a partir de la creación de un lugar ficcional que podría ser cualquier pueblo latinoamericano. Está escrita con un lenguaje sencillo, elaborado con una cadencia poética, pero a su vez con una importante carga simbólica. Admite un análisis profundo y aperturas de sentido, y permite indagar en lo que hace al hombre y su necesidad de libertad, y en el lenguaje como elemento de resistencia.

                                                                 Mariana Domínguez


 

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